03/14/2023
Porque así ha dicho Jehová de los ejércitos: Tras la gloria me enviará él a las naciones que os despojaron; porque el que os toca, toca a la niña de su ojo.
Zacarías 2:8
En anatomía humana, nos referimos a la niña del ojo como la parte más sensible, la cual es el centro del iris donde penetra la luz, llamada también pupila.
La palabra pupila viene del latín pupilla que para los romanos, significa “muñeca” o “‘niñita”
No imaginamos lo grandioso que esto significa para los que hoy tenemos el privilegio de ser hijos de Dios.
Porque a mis ojos fuiste de gran estima, fuiste honorable, y yo te amé; daré, pues, hombres por ti, y naciones por tu vida. (Isaías 43:4).
Dios nos ama tanto y quiere que sepamos que como sus hijos, siempre nos cuidará y no nos desamparará.
Cuando Dios se refiere a su pueblo como la niña de sus ojos, está comunicando que somos su tesoro más preciado. No entendemos lo especial que somos para Dios hasta que nos cautiva con su amor, sanando y restaurando todo nuestro ser. Él es la respuesta a todas nuestras inquietudes, tribulaciones y angustias.
Ahora, así dice Jehová, Creador tuyo, oh Jacob, y Formador tuyo, oh Israel: No temas, porque yo te redimí; te puse nombre, mío eres tú. (Isaías 43:1)
Dios nos ve cuando nadie es capaz de vernos,aunque nadie nos ame.
Jehová se manifestó a mí hace ya mucho tiempo, diciendo: Con amor eterno te he amado; por tanto, te prolongué mi misericordia (Jeremías 31:3)
Cuando nadie daba nada por nosotros Él lo dió todo.
El que no escatimó ni a su propio Hijo, sino que lo entregó por todos nosotros, ¿cómo no nos dará también con él todas las cosas? (Romanos 8:32)
Nos puso nombre, somos la niña de sus ojos. Él nos amó primero y nos predestinó con un propósito especial, porque somos su especial tesoro.
Todos los llamados de mi nombre; para gloria mía los he creado, los formé y los hice.
(Isaías 43:7).
Señor gracias por cada promesa que tienes para mi, por ese amor inagotable que hoy puedo disfrutar a través de tu Santo Espíritu, Cómo no agradecerte por ser la niña de tus ojos y vivir en la libertad de tu amor en el nombre de Jesús. Amén.