MIEL ES TU PALABRA

La Iglesia del Cambio


03/12/2023

¡Cuán dulces son a mi paladar tus palabras! Más que la miel a mi boca.
Salmo 119:103

Estar en la presencia del Señor todos los días ilumina nuestra vida, llenándonos de alegría, para tener la certeza que en momentos difíciles, Él está listo para ayudarnos y librarnos de la angustia.
El alimento básico para el cristiano es la Palabra de Dios. Por eso nuestra vida dependerá de cuánto la conozcamos y la obedezcamos. 
Para que el discípulo crezca espiritualmente se hace necesario que aprenda a comunicarse con Dios y alimentarse a través de Su Palabra diariamente: 
OÍR LA PALABRA DE DIOS
Es importante oír la Palabra de Dios para crecer en la fe.
Así que la fe es por el oír, y el oír, por la palabra de Dios (Romanos 10:17).
LEER LA PALABRA DE DIOS 
Es importante leer la Palabra para formar hábitos y costumbres en nuestra vida que manifiesten el carácter de Cristo.
Y leían en el libro de la ley de Dios claramente, y ponían el sentido, de modo que entendiesen la lectura. (Nehemias 8:8).
ESTUDIAR LA PALABRA DE DIOS 
Es necesario estudiar la Palabra para conocerle más.
Entre más la estudiemos, más le conoceremos a Él y creceremos espiritualmente 
Escudriñad las Escrituras; porque a vosotros os parece que en ellas tenéis la vida eterna; y ellas son las que dan testimonio de mí. (Juan 5:39).
MEMORIZAR LA PALABRA DE DIOS 
Es importante  memorizar versículos para usarlos en la ocasión necesaria.
En mi corazón he guardado tus dichos, para no pecar contra ti. (Salmo 119:11).
MEDITAR LA PALABRA DE DIOS 
Es el proceso por el cual aprendemos a escuchar y pensar lo que Dios me está diciendo.
¡Oh, cuánto amo yo tu ley! Todo el día es ella mi meditación. (Salmo 119:97).
Debemos alimentarnos adecuadamente para tener fortaleza espiritual, tomemos los tiempos de espera en el Señor, para descubrir lo que quiere mostrarnos: 
OÍR - LEER - ESTUDIAR - MEMORIZAR - MEDITAR.

Gracias Padre por dejarme este hermoso Manual de vida, ayúdame a entender que en la medida que la lea y escudriñe, estaré preparado para enfrentar los desafíos de la vida. En el nombre de Jesús, Amén.

Nunca se apartará de tu boca este libro de la ley, sino que de día y de noche meditarás en él, para que guardes y hagas conforme a todo lo que en él está escrito; porque entonces harás prosperar tu camino, y todo te saldrá bien.
Josué 1:8