03/10/2023
Bendito el varón que confía en Jehová, y cuya confianza es Jehová.
Jeremías 17:7
¿Con qué frecuencia pasas por momentos difíciles: salud, conflictos familiares, económicos, e intentas resolver el problema por tu cuenta? ¡A menudo suele suceder! Pasa el tiempo, te agotas queriendo renunciar, y nada de lo que hiciste dio resultado.
Somos seres finitos y limitados, confiar en nosotros mismos es nuestra naturaleza egocéntrica, creer que tenemos la solución a todo, nos lleva al fracaso.
La Biblia nos muestra un gran ejemplo de lo que sucede cuando confiamos plenamente en Dios, en lugar de hacerlo nosotros mismos.
Ezequias fue uno de los mejores reyes de Judá en el antiguo testamento.
En Jehová Dios de Israel puso su esperanza; ni después ni antes de él hubo otro como él entre todos los reyes de Judá. (2 Reyes 18:5).
Él demostró que era fiel a Dios, siguiéndolo fielmente.
Porque siguió a Jehová, y no se apartó de él, sino que guardó los mandamientos que Jehová prescribió a Moisés. (2 Reyes 1:6)
Su vida no fue fácil, lideró la nación en un momento muy difícil de su historia, cuando estaban siendo desafiados por los asirios quienes eran la mayor potencia mundial en aquel tiempo.
Pudo abrumarse por todo lo que sucedía, pero, en vez de eso, decidió confiar en Dios.
Y Jehová estaba con él; y adondequiera que salía, prosperaba. El se rebeló contra el rey de Asiria, y no le sirvió. (2 Reyes 18:7)
Entró en el templo de Dios y presentó una carta intimidante al rey de Asiria, pidiendo la liberación de su pueblo ¡Dios exterminó al ejército Asirio en una noche! Ezequías no tuvo que mover ni un dedo, y la victoria fue del Señor y no dejó de seguirle.
Por eso, fue llamado uno de los mejores reyes de la historia de su nación.
De esta manera hizo Ezequías en todo Judá; y ejecutó lo bueno, recto y verdadero delante de Jehová su Dios. (2 Crónicas 31:20)
Decidamos confiar en Dios y veremos que ninguna situación por grande y dura que sea podrá afligirnos, porque Él es nuestra seguridad y nuestro escudo.
Dios nos bendice cuando aprendemos a confiar en Él, fruto de seguir fielmente sus mandamientos, así como Ezequias aprendamos a buscar su presencia en todo momento.
Porque será como el árbol plantado junto a las aguas, que junto a la corriente echará sus raíces, y no verá cuando viene el calor, sino que su hoja estará verde; y en el año de sequía no se fatigará, ni dejará de dar fruto.
Jeremías 17:8