02/28/2023
Entonces quitaron la piedra de donde había sido puesto el muerto. Y Jesús, alzando los ojos a lo alto, dijo: Padre, gracias te doy por haberme oído.
Juan 11:41
Específicamente en este pasaje Jesús puso la fe a prueba permitiendo la muerte de su amigo Lázaro y demostrando la importancia de poner cada situación en las manos de Dios para ver su poder sobrenatural.
Enviaron, pues, las hermanas para decir a Jesús: Señor, he aquí el que amas está enfermo. (Juan 11:3)
La tranquilidad determinante de Jesús frente a todo problema, y la forma para resolverlos es realmente sorprendente; Él se toma su tiempo, no porque no nos ame, ni porque le guste vernos sufrir, sino porque Él quiere llevarnos a un nuevo nivel de fe.
Entonces Jesús les dijo claramente: Lázaro ha muerto; y me alegro por vosotros, de no haber estado allí, para que creáis; mas vamos a él. (Juan 11:14-15)
Otro dato curioso de esta historia es la diferencia en la actitud de las dos hermanas de Lázaro
Y Marta dijo a Jesús: Señor, si hubieses estado aquí, mi hermano no habría muerto.
(Juan 11:21)
En Marta vemos una actitud de resignación e incluso de reclamo al encontrarse con Jesús.
María, por el contrario, cuando llegó a donde estaba Jesús, al verle, se postró a sus pies, diciéndole: Señor, si hubieses estado aquí, no habría muerto mi hermano. (Juan 11:32)
Dios no solo oye la oración sino también ve la disposición; la altivez o humildad, dolor o lágrimas. Maria humildemente se postró a los pies de Jesús. LA ACTITUD DE NUESTRO CORAZÓN DETERMINA LA EFICACIA DE NUESTRA ORACIÓN.
¿Cuál es la prueba de la verdadera fe? Mover la piedra, creer aunque no vea, debo confiar que Él lo hará, la fe implica acción.
Dijo Jesús: Quitad la piedra. (Juan 11:39a)
El problema no está en la situación que vives, el problema está en cómo actúas y en quién depositas tu confianza.
Así es como Jesús puede llamar a la persona muerta y vencida por el engaño y el pecado a una nueva vida en Él. Hoy continúa llamando a los muertos para que salgan de sus tumbas
Hoy comprendo cuán especial eres mi Señor Jesús, tanto que me quieres llevar a un nuevo nivel de fe, a creer que contigo lo imposible es posible, en tu nombre maravilloso, Amén.