12/12/2022
Y el menor de ellos dijo a su padre: Padre, dame la parte de los bienes que me corresponde; y les repartió los bienes.
Lucas 15:12-13
Recordemos el ejemplo del hijo pródigo que cansado de sentirse limitado, anheló la independencia, no soportó el cuidado de su padre, creyendo que se estaba perdiendo de grandes cosas pidió a este la parte de la herencia, buscó ser su propio dueño y desperdició en poco tiempo lo que su padre le había entregado. Cuando Dios ve que no somos felices con la vida que Él nos brinda, nos da la libertad de vivir como nosotros queremos. Vuelve hijo mio… es el continuo llamado de Dios a sus hijos. El experto en perdonar, espera hoy que decidamos volver nuestro corazón a Él. Su amor es infinito y su misericordia es para siempre.
Dame, hijo mío, tu corazón, y miren tus ojos por mis caminos. (Proverbios 23:26)
La caída de un hijo de Dios no viene de la noche a la mañana, empieza por un descuido y así va creciendo este destino sin Dios; pero así mismo hay un camino para reconciliarnos con Él, quien nos espera con paciencia y amor para estrecharnos entre sus brazos. Veamos la actitud del hijo al ver la necesidad de volver a su hogar, donde no debió salir.
Y volviendo en sí, dijo: ¡Cuántos jornaleros en casa de mi padre tienen abundancia de pan, y yo aquí perezco de hambre! Me levantaré e iré a mi padre y le diré: Padre, he pecado contra el cielo y contra ti. Ya no soy digno de ser llamado tu hijo; hazme como a uno de tus jornaleros. Y levantándose, vino a su padre. Y cuando aún estaba lejos, lo vio su padre, y fue movido a misericordia, y corrió, y se echó sobre su cuello y le besó. Y el hijo le dijo: Padre he pecado contra el cielo y contra ti, y ya no soy digno de ser llamado tu hijo. Pero el padre dijo a sus siervos: sacad el mejor vestido y vestidle; y poned un anillo en su mano, y calzado en sus pies. Y traed el becerro gordo y matadlo, y comamos y hagamos fiesta; porque este mi hijo muerto era, y ha revivido; se había perdido, y es hallado. Y comenzaron a regocijarse.
(Lucas 15:17-24)
Estar cerca de Papá Dios, no es perder la libertad, es ganar la bendición. Hoy es el tiempo de reconocer que muchas veces nos equivocamos y le volvemos la espalda a Dios, cuando siempre ha estado dispuesto a llevarnos por el camino de la victoria; así como este hijo reconoció su error, se arrepintió y tomó la decisión de VOLVER A LOS BRAZOS DE PAPÁ.
Dios siempre corre a nuestro encuentro, esperando que volvamos con un corazón arrepentido.
Os digo que así habrá más gozo en el cielo por un pecador que se arrepiente, que por noventa y nueve justos que no necesitan de arrepentimiento (Lucas 15:7)
Señor Jesús en este día doy gracias por tu Palabra, ayúdame hacer tu voluntad, cuántas veces he sido como este hijo pródigo, que por escoger los placeres del mundo me he alejado del verdadero y único amor. Gracias por extender tus brazos llenos de perdón y misericordia. En el nombre de Jesús. Amén.