03/19/2023
Y la paz de Dios gobierne en vuestros corazones, a la que
Asimismo fuisteis llamados
en un solo cuerpo; y sed agradecidos
Colosenses 3:15
Quizás haya oído a personas que afirman no tener paz, cuando hablan de una decisión particular. Se refieren al hecho de que cuando alguien está fuera de la voluntad de Dios o actuando contra Él, esa persona sentirá fricción espiritual. Pero si se halla en el centro de su voluntad, se sentirá en armonía con Él.
Tú guardarás en completa paz a aquel cuyo pensamiento en ti persevera; porque en ti ha confiado. (Isaías 26:3)
La mayoría de nosotros podemos señalar aspectos de nuestras vidas que nos causan tensión, nervios, infelicidad y confusión. Pero independiente de la situación, se nos ha prometido que podemos hallar tranquilidad en Cristo.
Por nada estéis afanosos, sino sean conocidas vuestras peticiones delante de Dios en toda oración y ruego, con acción de gracias. Y la paz de Dios, que sobrepasa todo entendimiento, guardará vuestros corazones y vuestros pensamientos en Cristo Jesús. (Filipenses 4:6-7)
Sin embargo, la paz sobrenatural que Jesús nos ofrece se basa en nuestro acuerdo con Él.
El mundo nos dice que solamente puede sentirse paz cuando no hay conflicto alguno, pero no es verdad. Por medio de su Evangelio Jesucristo nos proporciona una paz interior que sobrepasa la paz que ofrece el mundo. Si confiamos en Él con fe podemos sentir paz en cualquier circunstancia. El Salvador nos enseña en su Palabra:
La paz os dejo, mi paz os doy; yo no os la doy como el mundo la da. No se turbe vuestro corazón, ni tenga miedo. (Juan 14:27)
Cuando usted somete cada decisión a Jesús, no solo está en armonía con el Espíritu Santo, sino que también se encuentra resguardado dentro de la protección de Dios, iluminado con su sabiduría y fortalecido por su fuerza.
Y el mismo Señor de paz os dé siempre paz en toda manera. El Señor sea con todos vosotros.
(2 Tesalonicenses 3:16)
La paz que experimenta es la evidencia de estar caminando realmente en la voluntad de Dios. Así que pida que la paz del Señor caracterice su vida, permitiéndole que gobierne su corazón. Él será su garantía y seguridad a pesar de las circunstancias que enfrente.
Porque el ocuparse de la carne es muerte, pero el ocuparse del Espíritu es vida y paz. (Romanos 8:6)
Jesús, Tú que conoces las áreas de fricción en mi vida, gobierna mi corazón y enséñame a tener tu paz que sobrepasa todo entendimiento. En tu nombre Glorioso, Amén.