02/26/2023
El cual, siendo el resplandor de su gloria, y la imagen misma de su sustancia, y quien sustenta todas las cosas con la palabra de su poder, habiendo efectuado la purificación de nuestros pecados por medio de sí mismo,
se sentó a la diestra de la Majestad en las alturas,
Hebreos 1:3
Un día andaba por un camino con uno de mis hijos, y por accidente le di una patada a un hormiguero. Naturalmente, las confundidas y aterradas hormigas salieron y comenzaron a trabajar furiosamente para defenderlo.
¡Caramba Papi! - dijo mi hijo - le has trastornado su mundo.
Sí, hijo, Temo que sí le contesté. Pero no fue mi intención. Ojalá pudiera decirles cuánto siento que les pisé la casa, poder decirles que me importa, que no fue mi intención hacerlo, y que me gustaría ayudarles a restaurarla de alguna manera. Pero no hay manera de comunicarme con ellas.
Mi hijo pensó por un momento. La única manera de hacerlo, papi sería, que te convirtieras en una hormiga.
!Eso es precisamente lo que hizo Dios! En una noche oscura en Judea, mientras las estrellas cantaban al unísono y los ángeles que lo acompañaban cantaban sus alabanzas, Dios el Hijo voluntariamente desechó su manto celestial y se hizo hombre!
Pero no sólo se convirtió en un hombre bueno y piadoso, en un maestro moral, ni en un profeta elocuente, sino que de veras se convirtió en DIOS MISMO EN UN CUERPO HUMANO.
Como un escritor dijo: “Era Dios con piel”, era a la vez completamente hombre y completamente Dios. Se puede decir que se hizo una hormiga en el mundo de las hormigas.
La diferencia es que Dios no le dio una patada a nuestro hormiguero. Nosotros mismos destruimos nuestro mundo a través del pecado. Él solo vino a restaurarlo y a restaurarnos.
NOMBRE QUE ES SOBRE TODO NOMBRE.
¡JESÚS! JESÚS! ante tu nombre todos se postrarán. Cordero perfecto tomaste mi lugar. En ti hay salvación.
Por lo cual Dios también le exaltó hasta lo sumo, y le dio un nombre que es sobre todo nombre, para que en el nombre de Jesús se doble toda rodilla de los que están en los cielos, y en la tierra, y debajo de la tierra. (Filipenses 2:9-10).
Oh mi Señor tú eres real en mi vida, precioso y poderoso, me diste la victoria, mi escudo y mi Dios.
Te alabaré; porque formidables, maravillosas son tus obras; Estoy maravillado, Y mi alma lo sabe muy bien. (Salmo 139:14).
Señor, digno eres de recibir la gloria y la honra y el poder; porque tú creaste todas las cosas, y por tu voluntad existen y fueron creadas; Apocalipsis 4:11