06/03/2023
Si se humillare mi pueblo, sobre el cual mi nombre es invocado, y oraren, y buscaren mi rostro, y se convirtieren de sus malos caminos; entonces yo oiré desde los cielos, y perdonaré sus pecados, y sanaré su tierra.
2 Crónicas 7:14
Esta hermosa promesa nos permite entender que la libertad y el bienestar son posibles, pero primero debemos tomar la decisión de dejar nuestros malos caminos y convertirnos a Dios.
Estamos acostumbrados a oír que todo está mal, que el dinero no alcanza, que mejor vayamos a otra parte y una serie de comentarios más, que sólo reflejan la crisis que vive la sociedad.
Dios no puede manifestarse en una vida que no esté alineada y rendida a Él por completo. Cuando vivimos con orgullo, soberbia, arrogancia, dureza y frialdad de corazón, el Señor permitirá que pasemos situaciones que nos lleven a quebrantarnos delante de Él.
Cuando Salomón acabó de orar, descendió fuego de los cielos, y consumió el holocausto y las víctimas; y la gloria de Jehová llenó la casa. (2 Crónicas 7:1)
Y apareció Jehová a Salomón de noche, y le dijo: Yo he oído tu oración, y he elegido para mí este lugar por casa de sacrificio. (2 Crónicas 7:12)
Aplicando hoy a nuestras vidas estas condiciones, podemos resumirlas de la siguiente manera:
Humillándonos y admitiendo nuestros pecados.
Mi pecado te declaré, y no encubrí mi iniquidad.Dije: Confesaré mis transgresiones a Jehová;
Y tú perdonaste la maldad de mi pecado (Salmo 32:5)
Orando y pidiendo perdón al Señor.
Si confesamos nuestros pecados, él es fiel y justo para perdonar nuestros pecados, y limpiarnos de toda maldad. (1 Juan 1:9).
Buscándolo continuamente.
En ti confiarán los que conocen tu nombre, Por cuanto tú, oh Jehová, no desamparaste a los que te buscaron. (Salmo 9:10)
Convertirnos de nuestros malos caminos y hábitos.
Vuelve, oh Israel, a Jehová tu Dios; porque por tu pecado has caído. (Oseas 14:1)
Hoy contamos con la guía del Espíritu Santo que nos redarguye y nos permite tomar conciencia de lo que no le agrada a Dios, de la misma manera nos comunica con Él, y nos permite al entrar a su presencia, quebrantarnos y entender lo que verdaderamente debemos hacer para que la manifestación de su gloria sobre nuestra vida sea una realidad
Examinémonos diariamente, pidamos perdón a Dios y esforcémonos por cambiar nuestra manera de vivir a fin de parecernos más a nuestro Señor y Salvador Jesucristo.
Padre, nos humillamos ante ti pidiéndote perdón por nuestros pecados, te damos gracias, porque nos escuchas y nos restauras, en el nombre de Jesús, Amén.